DESBORDAMIENTO / ORLANDO BRITO

desbordamiento

Una escena interior-exterior (Fragmento)

Afortunadamente muchos artistas han hecho de la versatilidad en el uso de la herramienta y lenguajes su espacio de trabajo. Si hay algo que se le pueda pedir a cualquier creador es su adecuado y muy correcto uso de las herramientas formales junto a las sutilezas conceptuales, y si a esto le podemos sumar un valor añadido de inteligente trasgresor de las formas cotidianas de la escultura, estamos ante el trabajo de este tan interesante como relevante artista canario. Conozco su trabajo desde hace muchos años y debo reconocer que su espectacular pieza Araña siempre me fascino y me pareció una especial vuelta de tuerca en a la propia dinámica de la escultura contemporánea. Con posterioridad a esas propuestas hay un trabajo y acierto pensamos que también fundamental en su obra como fueron sus intervenciones camufladas, sus trampantojos arquitectónicos que desgarraban la piel de la arquitectura. En este caso la escultura, si así podemos llamarla, o las intervenciones dérmicas y epidérmicas de Domingo Díaz dejaban al descubierto un interesante diálogo entre escultura y arquitectura.

Tras su temporal retiro de la escena creativa por circunstancias tanto personales como también, como no decirlo, por las consecuencias derivadas de la actuaciones a veces desgraciadas y mezquinas de las administraciones culturales, Domingo Díaz vuelve a los escenarios artísticos canarios aportando nuevas vías creativas a las no tan fáciles propuestas escultóricas contemporáneas. La incorporación a su sistema de trabajo de programas de desarrollo de imágenes 3D con los que generar y construir sus nuevas propuestas escultóricas permiten un conocimiento tan virtual como cercano de sus proyectos. Son sus obras “penetrables” que no sólo vuelven a dialogar con la arquitectura, sino que la atraviesan, haciendo que ambas vivan una imprescindible relación de simbiosis, algo realmente fascinante.

Su último proyecto para una exposición colectiva en Las Palmas de Gran Canaria sitúa en lo más alto de la fachada principal del edificio de la escuela de Lujan Pérez un barboteo de sangre, por su escala espectacular, que comienza a caer fachada a bajo. De aquella piel desgarrada hemos pasado ahora a la arquitectura que sangra abriendo interesantes vías de interpretación como quizás aquellas inherentes al arte contemporáneo y a sus contenedores.

Hay algo especial en las propuestas y sensibilidad de este artista, algo que inevitablemente sólo se puede compartir desde la experiencia de la contemplación directa de su obra, a lo que les invitamos en cuanto tengan la primera oportunidad.