EFECTO PLACEBO
Cinco pintores, cinco escultores (fragmento)
El discurso en torno a la artificialización de la naturaleza que argumenta los últimos trabajos de Domingo Díaz nos recuerdan la imposibilidad del hombre para desvincularse de unas leyes naturales que habitan en la misma raíz de nuestro subconsciente y de común e inevitable destino. De esta forma lo humano tiene su reflejo en lo natural y viceversa. Como los escritores de Fábula utiliza la metáfora, el símbolo y la alegoría para hablarnos del mundo y de las relaciones que se establecen entre los hombres. En el espacio de la exposición, se instalan los fragmentos descontextualizados de una naturaleza artificial, siguiendo un proceso de abstracción de que no es ajeno el contenido de los propios museos de Historia Natural. Los espectadores deambulan entre las piezas escultóricas observándolas, respirándose entre ambos el intimismo que acompaña a los que examinan minuciosamente un vegetal extraño. Con todo ello se crea un contexto en el que se yuxtapone la naturaleza y el artificio en un proceso de imitación interrelacionado.
Domingo Díaz utiliza los cambios de escala para transportarnos al universo fantástico, de los seres mutantes. Una gigantesca araña, similar a la que atacó al increíble hombre menguante, aparece sólida, insinuantemente sinuosa, ha modificado su naturaleza liquida debido a una extraña metamorfosis, que por otro lado no es nada de extrañar por los continuos vertidos nucleares depositada en las profundidades de los océanos. En las dunas ya casi no queda arena, únicamente podremos recordarla a través de los esqueletos ondulantes de los armazones estructurales para evitar su desmoronamiento.